De cursos en Madrid I

Estos días en Madrid estoy aprovechando para hacer algunos cursos para seguir avanzando en la aventura repostera. He elegido los cursos de Decake porque me encanta el trato que te dan siempre, tanto en la tienda como en los talleres. A una tienda y taller de Madrid, que prefiero no mencionar, entré una vez el pasado diciembre y no he vuelto porque me sentí como si les molestara atenderme y asesorarme. Para mí es muy importante que te traten bien, lo que no significa que te hagan la pelota, y de lo primero las chicas de Decake saben mucho.

El primer curso que he hecho ha sido de iniciación a la decoración de tartas con fondant. Yo hasta ahora sólo había utilizado el fondant para decorar galletas, pero claro, me atraían mucho las preciosas tartas que se pueden lograr con esta técnica, sobre todo desde que me compré el libro de Zoe Clark cuyo estilo adoro y de quien espero ser alumna algún día (a soñadora no me gana nadie…). Me encantan sus tartas depuradas y elegantes y es un estilo que también he encontrado en la profesora del curso, Dalila Bartolovic, de Dalicake.

Empezamos rellenando y cubriendo un bizcocho con mermelada de fresa. Se agradece que no te hagan llevar el bizcocho a ti (esto sucede en algunos cursos).

Teníamos que decorar la tarta siguiendo este modelo:

Dalicake

Dalila comenzó hablando de los distintos tipos de fondant y de la forma de hacerlo en casa con nubes, yo no creo ni que lo intente, madre mía qué pringue… nos explicó los secretos del amasado, extendido y forrado de la tarta con fondant con la ayuda de Crisco. El forrado no me resultó tan difícil como pensaba, aunque la profe estuvo detrás de cada una de nosotras para echarnos una manita…

Luego nos enseñó a hacer las rosas con fondant rojo, de una forma sencilla pero de resultado muy aparente. Ahí ya nos íbamos animando porque hace mucha ilusión crear formas bonitas así de la nada. Creamos 9 rosas: 3 grandes, 3 medianas y 3 pequeñas. Por culpa del calor el fondant se cuarteaba y nos exigía cantidades industriales de Crisco.

Después hicimos las hojas con los cortadores con expulsor, que permiten conseguir el dibujo de los nervios del envés de las hojas. En total 3 hojas grandes y 3 pequeñas.

Luego otras 4 rosas para decorar la base, 8 hojas verdes pequeñas y 4 hojas grandes blancas.

Y la parte más difícil… el cordón de la base de la tarta. A mí fue lo que más me costó, y a otra de las compañeras también, menos mal, no me sentí tan tonta… mal de muchos… el cordón se modela como la plastilina, sobre la mesa haciendo girar el fondant con las manos. A mí me salía más ancho por unas partes, por las más finas se me rompía…argggggg, pero al final más o menos lo conseguí. Luego con las flores fui tapando pequeños desaguisados ;)

La decoración la pegamos con un poco de CMC disuelto en agua, aunque Dalila nos explicó que se puede utilizar también sirope de maíz. Primero hicimos la composición antes de pegar las flores y hojas.

Dejé para lo último los puntitos de glasa de la parte superior, y en qué hora, porque ya no quedaba tiempo casi y me temblaba un montón el pulso con las prisas y eso que estoy más que habituada a decorar con la manga y glasa. Y aquí está el resultado, un poco distinto al modelo…

Quiero dar las gracias a Dalila y a las compañeras, ha sido un curso precioso que me ha iniciado en un mundo apasionante.

Nos llevamos la tarta a casa en esta preciosa cajita y un diploma que guardaré como oro en paño.

El próximo curso lo tengo los días 14 y 15, de manga pastelera, ¡¡¡qué ganas!!!. Ya os contaré cómo ha ido. ¡Ciao!